De objeto a Oikeios: la construcción del ambiente en la Ecología-mundo Capitalista
Moore, Jason W. [2014], "De objeto a oikeios: la construcción del ambiente en la ecología-mundo capitalista", Revista Sociedad y Cultura, 2, Santiago, https://revistasociedadycultura.files.wordpress.com/2015/02/rsyc-2-2014.pdf
Actualmente, los académicos concluyen que la humanidad es parte de la naturaleza y rechazan el dualismo cartesiano que pone a la naturaleza y a la sociedad en esferas separadas, observa Moore. No obstante, apunta que los marcos teóricos y los conceptos que dirigen investigaciones empíricas aún están bajo la concepción de naturaleza y sociedad como unidades separadas.
El autor menciona que en el siglo XXI se vuelve complicado abordar asuntos sociales sin hacer referencia al cambio del ambiente: las ciencias sociales trajeron a la superficie el otro lado del dualismo cartesiano, es decir, el mundo de los impactos ambientales. Ello constituye un logro que se desarrolló desde los años setenta del siglo XX.
Sin embargo, Moore plantea dos cuestiones respecto a este logro: 1) el trabajo y legitimidad de considerar a la naturaleza en el estudio del cambio social ya está hecho; 2) todavía se reproduce el dualismo cartesiano a la hora de pensar y estudiar las crisis vinculadas al cambio climático, así como sus tendencias en el sistema-mundo moderno.
De esta manera, el autor propone cambiar de concepción a una que revele la dialéctica de las relaciones interdependientes naturaleza humana/naturaleza extra-humana. En la siguiente parte del texto, Moore explica el concepto de humanidad-en-la naturaleza, en lugar de humanidad y naturaleza.
El oikeios: dialéctica en la cuestión de la naturaleza-como-matriz
El concepto que propone Moore es oikeios, recuperado de Teofrasto. Esta palabra hace referencia a la relación creativa, histórica y dialéctica al interior de las naturalezas humana y extra-humana. El concepto es importante, apunta Moore, porque se carece de un enfoque analítico donde oikeios sea central. Una perspectiva que lo considere central, situaría las relaciones creativas y generativas de las especies en el ambiente como eje ontológico del cambio histórico.
Así, la naturaleza se vuelve matriz y no recurso para el análisis histórico. Con este cambio de paradigma, se reconstruirían los grandes movimientos humanos de su quehacer. Oikeios pone de relieve la relación especie-ambiente, la cual representa una dialéctica de múltiples capas naturales y configuraciones, ciclos y movimientos geológicos de la Tierra. Cabe resaltar que la naturaleza-como-oikeios no es solamente otro factor ubicado junto a la cultura o la economía: la naturaleza es la matriz dónde se despliegan las actividades de la humanidad. Es el campo donde la historia sucede.
Moore señala que, desde la perspectiva de oikeios, las civilizaciones no interactúan como recurso, sino a través de ella (como una matriz). Por ejemplo, el cambio climático genera que las civilizaciones se desarrollen en ciertas realidades existentes favorables o desfavorables. Entonces, el clima es entendido como un actor con agencia que es derivada por las relaciones con la humanidad y el resto de la naturaleza. El texto critica que la interpretación histórica de los hechos no ha tomado en cuenta a la naturaleza.
A continuación, Moore se cuestiona si es posible que las naturalezas humana y extra-humana tengan una agencia ontológica entre sí. Se entiende por agencia a la capacidad para inducir el cambio histórico o para reproducir lo existente. Así, no está claro si la agencia de la naturaleza podría echar luz sobre la historia del capitalismo y sus crisis. Si se decide considerar a la naturaleza como un agente de la historia, se debe abandonar primero el dualismo cartesiano.
Entonces, la capacidad para hacer historia se encuentra en las configuraciones específicas de los actores humanos y extra-humanos: es decir, la agencia humana está siempre dentro y dialécticamente unida a la naturaleza en un todo. La propuesta de la alternativa ecológico-mundial toma a la actividad humana/extra-humana como su punto de partida: la fábrica socio-ecológica se extiende hacia atrás por milenios.
Con esta perspectiva se puede comprender que si el clima cambia, cambian también las estructuras de poder y producción. Moore argumenta que las poblaciones humanas son impensables en la ausencia del clima porque el clima es un manojo de determinaciones que transforman a la totalidad del cambio histórico.
Imaginaciones ecológico-mundiales: hacia un capitalismo-en-la-naturaleza
Moore presenta su concepto como una alternativa holística y dialéctica, oikeios presenta una perspectiva sobre el cambio histórico envolvente y, que al mismo tiempo, se despliega. Oikeios es entonces la síntesis de la ecología-mundo que ofrece una filosofía de la historia pensando a la humanidad-en-la-naturaleza. El método de oikeios enfatiza el manojo de naturalezas humana y extra-humana a través de éste. Pensar así, lleva a considerar las dimensiones ambientales de la actividad humana, según Moore.
Entonces desde el imperialismo, el anti-imperialismo, la lucha de clases, la acumulación de capital hasta las crisis del sistema, son producto de oikeios, incluso cuando estos procesos generan nuevas relaciones de poder y producción dentro de éste. Por lo tanto, la ecología-mundo provee un marco que teoriza también las relaciones fundamentales del capitalismo.
Moore busca superar los determinismos biológico y social para entender el devenir histórico en la naturaleza. La existencia biológica de la humanidad es colectiva, entonces la biología y la sociedad no están separadas; si eso se supone, entonces se opta por una alternativa determinista (biológica o social). La obtención de alimentos y los asuntos sociales y culturales son formas de negociar las relaciones geográficas y biológicas que están en construcción (también el ambiente).
El autor critica la idea de que el capitalismo actúa sobre la naturaleza, antes de desarrollarse en el tejido de la vida. Esta observación es compartida por los autores de la ecología política del ambiente. La idea se ha llevado a sus últimas consecuencias con el planteamiento del "capitalismo fósil" (donde prevalece el enfoque cartesiano, "los recursos tienden a ser concebidos como cosas en sí mismas"). No obstante, Moore apunta que existen pocas reconstrucciones de la acumulación de capital como una forma de organizar la naturaleza-como-matriz, y la consecuencia, es que la izquierda ecológica introduce a sus corrientes tendencias neo-malthusianas.
Desde el punto de vista cartesiano, los recursos son vistos como cosas en sí mismas y los límites del capitalismo como constricciones externas (en lugar de contradicciones internas). Esta perspectiva cartesiana ubica la razón principal de los límites del capitalismo fuera de las relaciones estratégicas de éste y, además, al margen del cambio histórico. La consecuencia última del enfoque cartesiano que deriva en las tendencias neo-malthusianas es la consideración de que las relaciones estratégicas del capitalismo son ontológicamente independientes del tejido de la vida.
La ecología-mundo desafía el dualismo de capitalismo y naturaleza. Así, Moore pretende repensar al capitalismo como ecología-mundo y no solamente capitalismo. A través de oikeios, se incluye un rango amplio de meta-procesos en el mundo moderno (desde la formación de la familia a órdenes raciales, a la industrialización, el imperialismo y la proletarización).
Moore argumenta que esos grandes procesos de la historia mundial se ven como fusiones de la sociedad y la naturaleza: “regímenes de energía y revoluciones agrícolas, sí, pero también nacionalismos como “comunidades imaginadas”, desarrollismo, literaturas, financiarización”. Estos manojos estratégicos están profundamente enraizados en oikeios. “¿Qué es el capital financiero hoy en día sino una práctica de contabilidad simbólica y material para reorganizar la naturaleza de una forma favorable a la acumulación incesante de capital?”, se pregunta Moore.
Con esta visión se abordan las preocupaciones de la historia ambiental y las ciencias sociales. Asimismo, demuestra que los procesos sociales son productos del tejido de la vida. “Esta es la transición desde las historias ambientales de la modernidad hacia la modernidad como historia ambiental”. Moore plantea que el sistema-mundo moderno pasa a ser considerado como una ecología-mundo capitalista, donde se unen la acumulación capitalista, la producción de la naturaleza y la búsqueda de poder en una totalidad con muchas determinaciones.
La construcción del ambiente
Moore explica que la ecología deriva de oikeios, dentro y a través del cual las especies construyen múltiples ambientes en el tejido de la vida. Mientras que oikeios representa una de la lógica dialéctica inmanente en el concepto de metabolismo (stoffwechsel) de Marx. En esta elaboración dialéctica, las especies y los ambientes se hacen y deshacen entre sí. La construcción del ambiente siempre cambiante es generada por la dialéctica entre humanos y entornos.
El capitalismo se constituye a través de la producción de la naturaleza, la búsqueda de poder, y la acumulación de capital (momentos que se interpenetran entre sí en la formación del capitalismo histórico). La producción de la naturaleza significa “la emergencia de relaciones históricas definidas que agrupa actividades y movimientos humanos y extra-humanos definidos.”
Siguiendo el razonamiento de Marx, Moore retoma la centralidad del trabajo que actúa sobre la naturaleza externa, y de este modo cambia su propia naturaleza. De esta manera, la naturaleza externa no está al margen del proceso de trabajo sino es constitutiva de éste. Entonces, la relación decisiva es una entre naturalezas humanas y extra-humanas a través de oikeios.
Por lo tanto, la construcción del ambiente es una actividad humana, y también una actividad de toda la vida. Así, se puede entender que las civilizaciones no actúan sobre la naturaleza, sino que se desarrollan a través de oikeios. Si todas las relaciones entre humanos se despliegan a través del oikeios, se sugiere que estas relaciones son una relación con el resto de la naturaleza (y no una dualidad como con el enfoque cartesiano).
Cuando los entornos se construyen, se registra una triple transformación: de las especies, los ambientes y oikeios. Lo mismo es cierto de las civilizaciones: éstas son productores/productos, porque no solamente producen cambios ambientales; sino también son producidos por la biósfera.
La ecología-mundo difiere por tanto de un enfoque ampliamente cartesiano, que ve a los humanos como degradando el “ambiente global”. Esta perspectiva cartesiana no entiende que las relaciones significadas por el término “ambiente global” no son sólo objetos parciales de actividad humana, sino también sujetos que cambian el rumbo de la historia.
Moore concluye que, gracias al concepto oikeios se puede considerar a la naturaleza mucho más que un agregado de consecuencias (deforestación, erosión del suelo, polución, etc.) y más bien como matriz: la humanidad crea y destruye simultáneamente entornos. Desde la óptica de oikeios, el estatus “de la naturaleza” sufre un cambio radical a la hora de ser pensada porque promueve una transición de la naturaleza como recurso a la naturaleza como matriz. Esto significa, dice Moore, que “la naturaleza no puede ser destruida ni ahorrarse, sólo reconfigurada en formas que son más o menos emancipadoras, más o menos opresivas”.
Las personas tienen pensamientos que cambian, pero lo que no cambia es el espíritu, donde esos pensamientos aparecen o se van, cambian, varían. El pensamiento es el centro y la condición de posibilidad de los seres espirituales. Ambas sustancias aparecen en las personas representadas como cuerpo (extensión) y alma (pensamiento). De ahí que la naturaleza se considere como algo perteneciente a la extensión y fuera de la espiritualidad.
Esta dualidad impactó las filosofías y epistemologías occidentales que le continuaron (generando las nociones de sujeto y objeto). Partiendo de una crítica marxista, Moore nos propone alejarnos del dualismo cartesiano y considerar lo perteneciente a la extensión (objetos -la naturaleza- que se pueden controlar o que sufren, pasivamente, las consecuencias del actuar humano), desde una perspectiva dialéctica. Las actividades humanas construyen y destruyen ambientes, mientras la naturaleza también afecta el devenir humano al ser un agente de cambio histórico.
Así, el capitalismo es otra civilización llamada ecología-mundo. Bajo esta concepción, no hay una separación de lo natural y social: procesos como la acumulación de capital, lucha de clases o imperialismo, suceden en la matrix-naturaleza. El cambio de visión es necesario para comprender la crisis ambiental considerada como una contradicción del capitalismo.
Otra síntesis que recupera el trabajo de Jason W. Moore puede consultarse en http://let.iiec.unam.mx/node/3287