Las cinco empresas más grandes de Estados Unidos, Alphabet, Amazon, Apple, Meta y Microsoft (el grupo MAAMA), invirtieron 28 mil millones de dólares en 2021, 9% de la inversión empresarial estadounidense en el año y 4% más que cinco años atrás. Las grandes tecnológicas están buscando un nuevo territorio que conquistar. Todo indica que el dinero está volando de los autos autónomos a la computación cuántica, y que los campos lucrativos de la década de 2010 están perdiendo relevancia.

La historia de la tecnología está plagada de ejemplos de empresas que fracasaron no por los reguladores de competencia sino por no poder dar el siguiente gran paso. En 1983, IBM era la empresa más rentable de Estados Unidos pero ocho años después cayó en picada por no poder desplazarse de las unidades centrales a los PCs. Con Nokia sucedió más o menos lo mismo al no poder producir teléfonos inteligentes.

La pandemia ha empujado al alza la demanda de la computación de nube. Es probable que en el futuro la innovación tecnológica supere a los teléfonos inteligentes como la herramienta dominante de conectividad entre las personas. Quién sea que desarrolle esta tecnología primero, definitivamente tendrá el control del acceso a los usuarios. Ello explica los de Apple, Meta y Microsoft respecto al lanzamiento de sus universos de realidad virtual. Por otro lado, Alphabet, Apple y Amazon se encuentran invirtiendo en autos autónomos, chips especializados y nuevos enfoques como la computación cuántica para proporcionar la potencia de procesamiento para cualquier nuevo dispositivo que surja.

La prioridad del grupo MAAMA es crear el software necesario para extraer las rentas de sus usuarios. Facebook gasta anualmente alrededor de 10 mil millones de dólares en su metaverso. Apple se ha extendido desde sus servicios de walled garden hasta clases de ejercicio y shows de televisión. Microsoft adquirió Buying Activision para mejorar la experiencia de sus jugadores de videojuegos, y Mesh, una plataforma 3D de espacios de trabajo, dirigida a los usuarios corporativos. Sin embargo, empresas como Epic Games, Roblox y Nvidia están también en la carrera de desarrollar un universo virtual para sus usuarios. Y en el sector de los autos autónomos Tesla, GM y Volkwagen también compiten. No nos olvidemos de Tik Tok, una nueva red social.

Los gobiernos y millones de usuarios que ya temen que estas empresas sean demasiado poderosas, se alarman más al escuchar de sus recientes inversiones, pues controlan una enorme base de consumidores y bases de datos para entrenar a las inteligencias artificiales. Pero los nuevos campos de innovación quizá no sean dominados por las empresas actuales ya que la tecnología requiere aprendizaje profundo y es posible que las inteligencias artificiales del mañana no requieren grandes cantidades de datos. Por ejemplo, Web3, que es un servicio de blockchain descentralizado y DeFi, que es sistema descentralizado de finanzas.

Otro obstáculo para las grandes empresas tecnológicas es que en 2020 Lina Khan, la oficial en jefe de la comisión antimonopolio de Estados Unidos, ha recomendado que las empresas tecnológicas deberían ser detenidas en caso de expandirse a otros mercados adyacentes. Tanto Europa como Estados Unidos están promoviendo una política de competencia ex ante, con el objetivo de restringir el comportamiento de estas empresas en lugar de llegar a los tribunales.

A pesar de los intentos de la autoridad de competencia para frenar los monopolios de las empresas tecnológicas la historia señala que estos gigantes caen con mayor frecuencia al no poder dominar las tecnologías emergentes que antes las regulaciones de las autoridades. “Si los gigantes quieren gastar millones en tratar de desplazarse a nuevas áreas para evitar la muerte, no hay razón para detenerlas”