Big Tech Is Bad. Big A.I. Will Be Worse
Acemoglu, Daron y Simon Johnson [2023], "Big Tech Is Bad. Big A.I. Will Be Worse", The New York Times, New York, 9 de junio, https://www.nytimes.com/2023/06/09/opinion/ai-big-tech-microsoft-google-...
Simon Johnson es doctor en economía por el MIT, donde también trabaja como profesor de economía y gestión mundial.
Microsoft y Alphabet lideran por mucho la configuración de un futuro en el que la inteligencia artificial (IA) tendrá un lugar central. El problema es que la historia muestra que los monopolios de la información tienden a la opresión político-económica. Tan solo en la primera mitad de 2023 Microsoft logró popularizar masivamente a ChatGPT (Dato Crucial 1), mientras que Alphabet presentó varias herramientas de IA para aplicaciones de uso cotidiano como el correo electrónico.
Además, esas dos empresas aprovechan la falta de regulaciones externas, y esto debería ser un motivo de preocupación pues la IA puede causar impactos negativos en los empleos, y la privacidad. Es importante tener en cuenta que un elemento central del poder es el control de la información. Aunque el incremento de la alfabetización, del conocimiento científico, y la expansión de las telecomunicaciones democratizaron la producción y acceso al conocimiento. De hecho, la llegada del internet ofreció una forma mucho más sencilla y barata de difundir ideas. Pero con el tiempo internet fue quedando en cada vez menos manos, como Facebook cuyo algoritmo ha avivado el racismo.
En regímenes autoritarios como China los avances tecnodigítales son herramientas al servicio del totalitarismo. Los avances en la IA apuntan a empeorar las cosas; pues con las nuevas tecnologías las personas tienden a confiar en solo una fuente sin contrastar la información, además, ni siquiera se facilita la bibliografía ni los enlaces de las fuentes de la información.
El par de empresas que lideran el campo de la IA considera que las computadoras pueden superar la capacidad de las personas en determinadas actividades. Esta idea se ha entrelazado con aquella que considera que el objetivo esencial de las corporaciones es aumentar la riqueza de los accionistas en poco tiempo. El problema de esta combinación de ideas es que se puede dar paso a sustituciones laborales en las que realmente no se mejore la productividad, pero sí aumente el poder en favor de los directivos.
Desde el siglo XIX el capitalismo ha estado regulado por la competencia, los sindicatos, y la democracia. Esto ha evitado el monopolio de los medios de producción, pero actualmente esas fuerzas reguladoras están muy debilitadas. La IA requiere inversiones muy fuertes, por lo que casi todas las oportunidades del sector han caído en manos de Microsoft y Alphabet. Mientras que 40 años de neoliberalismo han mermado la fuerza de los sindicatos y la capacidad del gobierno estadounidense de imponer regulaciones.
Para evitar un monopolio de la información que arruine la vida, es urgente crear fuerzas compensatorias eficaces. El Congreso debe garantizar la propiedad individual de los datos en los que se basan los sistemas de IA. Las empresas deben pagar por los datos, contribuir a solucionar los problemas de las comunidades y aumentar la productividad real de los trabajadores. Más que máquinas inteligentes, para aumentar la productividad es necesario que las máquinas potencien las capacidades de las personas.
También se necesita una regulación que proteja la privacidad y se oponga al capitalismo de la vigilancia. Finalmente, también es necesario un sistema gradual de impuestos que vaya incrementando conforme las empresas aumentan sus ganancias. Este tipo de sistema impulsaría a los accionistas a dividir a los grandes conglomerados tecnológicos; y en consecuencia se impulsaría la competencia, la innovación y el desarrollo tecno-digital hacia potenciar las propias habilidades humanas. Aunque si los inversores decidieran no dividir la empresa, los elevados impuestos ayudarían a financiar servicios públicos como educación tecnodigital.
1.- Microsoft planea invertir 10 000 millones de dólares en ChatGPT.
Las perspectivas liberales están preocupadas por la concentración de poder de los grandes tecnodigitales. Los avances en el campo de la IA sirven para aumentar la disparidad en las relaciones de poder. Los académicos de la nota apuntan hacia regulaciones estatales; pero en un contexto en el que la propia existencia de los estados está en cuestión es probable que eso no sea posible. Por lo pronto, una tecnología al servicio masivo de las clases populares como pretendía el Cybersyn de la Unión Popular parece ya muy lejano.