La era de la información en su perspectiva histórica: Introducción
Chandler, Alfred D. [2002], “La era de la información en su perspectiva histórica: Introducción”, Alfred D. Chandler y James W. Cortada (editores), Una nación transformada por la información: Cómo la información ha moldeado a Estados Unidos de América desde la época de la Colonia hasta la actualidad, México, Oxford University Press, pp. 1-41.
Alfred D. Chandler Jr. fue profesor emérito Strauss de Historia de los Negocios, en la Escuela para Graduados de Administración de Negocios en la Universidad de Harvard. Es autor de Strategy and Structure (MIT Press, 1962), The Visible Hand (Harvard University Press, 1977), Scale and Scope (Harvard University Press, 1990) y de otros libros. Acreedor de numerosos premios como el Pulitzer y el Bancroft.
Capítulo 1. La era de la información en su perspectiva histórica: introducción
El objetivo del libro es abordar cómo la era de la información transformó a Estados Unidos, haciendo un recuento desde la era comercial durante los siglos XVIII, continuando hasta la era industrial de los siglos XIX y XX, seguido por la transformación de la era industrial en la era de la información en las últimas décadas del siglo XX (p. 1-2).
Los temas que se tratan a lo largo de los capítulos son: 1) la infraestructura de los medios para la transmisión de la información; 2) la naturaleza cambiante de los receptores de los flujos de información; 3) las formas en que los receptores empleaban esos flujos para modelar y remodelar los negocios, la sociedad y la cultura estadounidense (p. 2-3).
Este capítulo introductorio busca hacer un bosquejo histórico para colocar los desarrollos descritos y analizados en los capítulos (p. 3).
La era comercial
En el capítulo 2, Orígenes estadounidenses de la era de la información, se examinan los transmisores de la información (la infraestructura) y las medidas económicas, políticas y culturales que modelaron la demanda del mercado para la información transmitida. El capítulo se divide en tres partes: a) la expansión de la estructura europea, sobretodo británica, hacia su frontera transatlántica; b) evaluación de la repercusión de la crisis imperial y la Guerra de Independencia; c) se examina el mercado nacional en expansión en medida que el país se extendía hacia el oeste (p. 3).
En la época de los primeros colonizadores, la imprenta estaba dirigida principalmente a la elite colonial, a medida que aumentaba el número de periódicos, se incluían más noticias y comentarios comerciales. El éxito de las imprentas se circunscribía a aquellas que estaban orientadas al público de la elite mercantil (p. 4).
En 1764 cuando el gobierno británico intentó reglamentar el comercio e incrementar los ingresos con el aumento de impuestos, condujeron a la movilización de la opinión pública por medio de los periódicos y folletos. Se buscaba que toda la ciudadanía estuviese informada. Después de la revolución estadounidense el concepto de una ciudadanía informada se incorporó en las constituciones de los nuevos estados, e incluso en la federal (p. 4).
Así, en la tercera parte del capítulo se explora la función de los estados y de la república en la creación de un mercado nacional para la información (p. 4).
El advenimiento de la era industrial
El capítulo 3, Reforma de la infraestructura de la información para la era industrial se centra en dos reformas que el autor llama primera y segunda revolución de la comunicación: a) la rápida expansión de la infraestructura existente de la era comercial a medida que la población y el territorio crecía; b) se inicia en la década de 1840, y se basó en el vapor y la electricidad. Fueron el ferrocarril y el telégrafo los que crearon la infraestructura de transporte y comunicación para la era industrial, la cual maduró en las décadas de 1880 y 1890 (p. 5).
Recién creado Estados Unidos, buscó expandirse al oeste. En un entorno mundial donde Francia libraba a su interior la revolución y al mismo tiempo se combatía con Gran Bretaña el dominio mundial, Estados Unidos se colocó como el transportador neutral más grande, lo cual hacía del comercio una actividad muy lucrativa. Pero en 1812, la guerra contra Gran Bretaña redujo el volumen del comercio. Estos acontecimientos frenaron la expansión del país hacia el oeste. No fue hasta 1815 cuando ambos conflictos terminaron –la guerra entre Francia y Gran Bretaña, y la guerra entre Estados Unidos y Gran Bretaña– que se eliminaron las barreras al crecimiento económico y a la expansión territorial (p. 5-6).
La creación y evolución del sistema postal tuvo un papel central en la creación de infraestructura de la información para el país. En 1792 se decretó que el sistema postal se encargaría de los periódicos a tarifas muy bajas, asegurando así el flujo de la información impresa. También se decretó que el congreso establecería las rutas postales, y con ello se facilitó la proliferación de rutas postales que abarcaran la expansión del país hacia el oeste. No sólo se aumentó el alcance de las comunicaciones impresas y manuscritas, sino que estas se hacían con mayor rapidez (p. 7).
La creación y evolución del sistema postal tuvo un papel central en la creación de infraestructura de la información para el país. En 1792 se decretó que el sistema postal se encargaría de los periódicos a tarifas muy bajas, asegurando así el flujo de la información impresa. También se decretó que el congreso establecería las rutas postales, y con ello se facilitó la proliferación de rutas postales que abarcaran la expansión del país hacia el oeste. No sólo se aumentó el alcance de las comunicaciones impresas y manuscritas, sino que estas se hacían con mayor rapidez (p. 7).
Con el invento de la locomotora de vapor, se arriba a lo que el autor llama segunda revolución de la comunicación, que reformó la infraestructura de la información de Estados Unidos. Después de una década de innovaciones, la energía del transporte terrestre pasó del caballo a la locomotora. El primer ferrocarril se construyó en 1830, y se componía de líneas cortas. Pero para 1840 la tecnología del ferrocarril se perfeccionaba rápidamente: se mejoró el método de construcción de las líneas, se reemplazó la madera por el carbón para la generación de vapor, y se aumentó la capacidad de los vagones de pasajeros. A mediados de los años 1840 tanto compañías privadas de entrega de correos así como la Oficina Postal ya utilizaban el ferrocarril (p. 7-9).
La expansión de la red de ferrocarriles en la década posterior a 1847 se aceleró por el invento del telégrafo eléctrico. En aquellas líneas de ferrocarril de larga extensión y de gran uso, la comunicación telegráfica evitó colisiones y aseguró el continuo tráfico en dos sentidos entre un gran número de puntos de destino a lo largo de la vía (p. 9-10).
Comenzó a darse una relación simbiótica entre el ferrocarril y el telégrafo: se llegó al acuerdo de que las compañías ferroviarias proporcionaban el transporte y los materiales de construcción para tender los cables y darles mantenimiento para operar las oficinas de telégrafos en sus estaciones y para proporcionar operadores de telégrafo. A cambio, recibían un servicio telegráfico gratuito ilimitado en sus líneas de ferrocarril y una cantidad limitada de servicios fuera de sus líneas (p. 10).
El telégrafo proporcionó flujos de información con rapidez, volumen y regularidad como nunca antes. Transformó la difusión de noticias y de la información comercial y financiera. A mediados de la década de 1850, “a medida que se construían elevadores para granos en Chicago y en otros centro comerciales en el Oeste Medio aparecieron las ‘bolsas de granos’ (grain exchanges) que proporcionaban los precios diarios telegrafiados sobre los diferentes tipos y cantidades de grano”. Gracias a esta facilidad los especuladores comenzaron a comprar y a vender para entregas futuras. El mercado a futuros permitió que los comerciantes redujeran el riesgo, y por tanto el costo de envío del grano. Pronto las bolsas de valores utilizaron el telégrafo para comprar, vender y listar los valores (p. 12-13).
Por otro lado, la invención del teléfono agregó otra dimensión a la infraestructura de la información, la transmisión de la voz a través de grandes distancias (p. 13).
“Hacia finales del siglo XIX la infraestructura de la información para la era industrial estaba sólidamente establecida. Los ferrocarriles habían consolidado sus actividades en un número reducido de sistemas grandes. Western Union seguía dominando la comunicación telegráfica. En 1899, American Telephone & Telegraph se convirtió en la compañía matriz del sistema Bell. Las compañías regionales operaban el intercambio telefónico. Western Electric, la rama de fabricación de AT&T, pronto desempeñó un papel decisivo no sólo en el desarrollo de la telefonía de larga distancia, sino también en la creación de la tecnología electrónica en la cual se cimentaba la futura era de la información” (p. 14).
La era industrial llegó en la década de 1880, momento que se terminaba de construir su infraestructura. Esta nueva era industrial se caracterizó por la aparición de “grandes negocios”: de la gran empresa, que comercializaba, producía y vendía a escalas sin precedentes para mercados nacionales e internacionales; del gerente asalariado que operaba esas empresas; y un nuevo sistema de transporte y comunicaciones, que dio vida a esa nueva institución, la cual consistía en una empresa administradora corporativa integrada que transformó y creo nuevas industrias. A este periodo los historiadores le han llamado la segunda Revolución Industrial (p. 15).
El capítulo 4, Uso de la información y la tecnología en los negocios durante la era industrial, se centra en el desarrollo de nuevas tecnologías de la información de negocios y su uso por la nueva clase administrativa (p. 16).
En 1870, las empresas eran pequeñas y administradas personalmente por sus propietarios. Dependían de la correspondencia personal, los periódicos y otras noticas impresas para obtener información externa (p. 17).
En 1880, la primera generación de gerentes asalariados enfrentó los retos de coordinar el flujo del producto a través de las empresas y el desafío de desarrollar las cuentas para costeo, precios y depreciación. Empezaron a desarrollar y a compartir nuevos enfoques y técnicas administrativas, que llegaron a conocerse como administración sistemática. Se interesaban en el desarrollo de una contabilidad de costos basada en registros numéricos, haciendo que el flujo de órdenes por escrito al personal de operación fuera rutinario y racionalizado. Este crecimiento de la información creó la necesidad de dispositivos mecánicos para procesarla, demanda que creó una nueva industria de maquinaria para oficina. La primera de estas máquinas fue la de escribir a mediados de la década de 1870; a esta le siguió el desarrollo del papel carbón; a principios de la década de 1890 las máquinas sumadores y otros dispositivos de cálculos. Todos estos inventos funcionaban por medios mecánicos (p. 17-18).
El capítulo 4 concluye con el análisis de la evolución de la máquina tabuladora eléctrica/mecánica de tarjeta perforadora, invento de Herman Hollerith a petición de la Oficina De Censos de Estados Unidos. Después de utilizar este en el censo de 1890, la oficina le pidió a James Powers una fuente alternativa. En 1911, Charles R. Flint fusionó la Hollerith Company con otros dos productores y formó la Computer-Tabulating-Recording (CTR) Esa compañía se centró en la tecnología de tarjeta perforada de Hollerith, y en 1924 cambió de nombre a International Business Machines Corporation (IBM) (p. 19).
La máquina tabuladora de tarjeta perforada funcionó desde sus inicios con energía eléctrica. Además, el producto no lo hacía una solo máquina, sino un sistema que utilizaba varios dispositivos. Su mercado estaba dirigido a los gigantescos sistemas ávidos de información para el ferrocarril, las compañías de seguros y las grandes agencias públicas (p. 19-20).
El advenimiento de la era de la información
Los antecedentes históricos para los capítulos 5 a 8 se presentan a través de la historia de dos empresas: Radio Corporation of America (RCA) e IBM. La historia de RCA nos ayuda a entender el ascenso y descenso de la industria estadounidense de electrónica para el consumidor. La de IBM para el análisis de los progenitores de la información, es decir, de los chips y las computadoras (p. 20-21).
En el capítulo 5, El umbral de la era de la información: la radio, la televisión y las películas cinematográficas, se describe la introducción de la tecnología del tubo al vacío que liberó el flujo de información de los cables y permitió proporcionarla por medio del sonido e imágenes, y cómo esta nueva tecnología movilizó a la sociedad al moldear la opinión pública al ampliar los mercados del consumidor mediante la publicidad y al definir una cultura popular general. El autor lo divide en dos periodos: el primero entre las guerras mundiales, con la radio y las películas sonoras; el segundo después de la Segunda Guerra Mundial, con la televisión (p. 21-22).
El primero comenzó con la formación de la RCA entre 1919 y 1922, creada por Owen D. Young, director de General Electric (GE), en colaboración con oficiales de la armada, con el fin poseer y administrar patentes relacionados con la radio. Su propósito en un inicio era militar, asegurar el control de la tecnología inalámbrica entre barco y tierra por parte de Estados Unidos. RCA, posteriormente se convirtió en una empresa asociada (GE, 30.1%; Westinghouse, 20.6%; AT&T, 10.3%; y United Fruit 4.1%) (p. 22).
En 1926, GE y Westinghouse, los propietarios más grandes de RCA, rompieron sus negociaciones con AT&T, y esta se retiró de la radiodifusión; a cambio obtendría derechos exclusivos de patente en el área de la telefonía de servicio público, mientras que GE, Westinghouse y RCA de la telegrafía inalámbrica, la radiodifusión y la fabricación de tubos para radio. Después de 1927, David Sarnoff, gerente de RCA, siguió dos trayectorias: 1) utilizar el tubo al vacío para desarrollar la grabación de alta fidelidad y películas cinematográficas sonoras; 2) convertir a RCA en una empresa integrada de fabricación, independiente de sus propietarios (p. 23).
En 1932 RCA y la industria de la radio se tambaleaban por la Gran Depresión. Pero en medida que la economía se recuperaba, RCA ya estaba establecida como la única empresa de la nación que operaba en varios sectores de la industria electrónica para el consumidor; en los receptores de radios tenía pocos competidores; en los tubos y sus componentes era el competidor principal; en la radiodifusión nacional sólo competía con CBS; y además estaba encabezando el desarrollo de la televisión (p. 24).
En el capítulo 5 se relata cómo es que RCA utilizó toda esta infraestructura para proporcionar un medio masivo para el entretenimiento, la publicidad y para movilizar a la sociedad. Se creó una cultura masiva definible. Después de la guerra, esa cultura “se redefiniría por la televisión, la tecnología que combinaba el sonido y las imágenes” (p. 24).
A finales de los años treinta, CBS desarrolló un modelo de televisión, y RCA otro, la cual al final la asociación comercial de la industria aceptó en 1941 como estándar (p. 25).
Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial la introducción de la televisión se demoró, y las necesidades en tiempo de guerra hicieron que RCA se transformara de producir masivamente tubos y componentes hacia la producción de equipo militar e industrial (p. 25).
Pero al terminar la guerra RCA se dedicó a recuperar el mercado previsto para la televisión. Así que en 1946 su gerente anunció, como medida de asegurar el estándar, que las tecnologías de televisión de la empresa estarían abiertas para todos. Las ventas subieron rápidamente. Su participación en el mercado de aparatos radioreceptores disminuyó, pero su ingreso por las licencias, los tubos y otros componentes incrementó (p. 25).
En la posguerra los líderes se centraron en comercializar la televisión en colores, y la lucha se dio nuevamente entre RCA y sus competidores, guiados por la CBS. Pero una vez más el estándar de RCA se mantuvo victorioso. Pero los competidores de RCA se retiraron de la carrera, cerrando sus ingresos por licencias y componentes. Aun así la compañía siguió adelante. RCA era la única compañía productora del tubo tricolor necesario para la televisión de color. Esto le proporcionó grandes ingresos, es así que durante la década de 1960 se convirtió en una de las generadora de ingresos más grandes de Estados Unidos (p. 25-26).
El capítulo 5 termina describiendo la transferencia de la tecnología de RCA a los productores japoneses; estos obtenían y perfeccionaban la tecnología de la industria. Mientras tanto, RCA intentó competir con la computadora central Sistema 360 de IBM y se diversificó hacia otros productos. En la década de 1970, los ingresos de RCA disminuían y sus deudas aumentaban. A comienzos de 1980 vendieron todas sus adquisiciones, y en 1986 su operación de electrónica para el consumidor, así como NBC, fueron vendidas a GE. Todos los demás pequeños productores no tenía la escala suficiente para competir a nivel mundial, así durante los ochenta fueron adquiridos por compañías extranjeras, de Japón como de Europa. “Una vez que la industria estadounidense de electrónica para el consumidor perdió su núcleo RCA, sufrió un rápido colapso (p. 27).
Del capítulo 6 al 8 se analiza el papel que jugó la computadora digital en el florecimiento de la era de la información. En estos, se hace referencia a tres eras: 1) del procesamiento de datos, de los años cincuenta a principios de los ochenta; 2) de la microcomputadora, de principios de los años ochenta a mediados de los noventa; 3) de la red, que inició en 1995 (p. 27).
Fue IBM quien llevó la delantera en información basada en computadora. La computadora central de IBM y sus réplicas dominaron los mercados mundiales desde los años cincuenta hasta los ochenta. Posteriormente, fueron las computadoras personales las que garantizaron el dominio estadounidense en microcomputadoras (p. 27).
La computadora digital comercial para el procesamiento de datos fue el enlace, en los años cincuenta, de la tecnología de tabulación de tarjeta perforada con la del tubo electrónico y después con la del transistor. Las empresas que pudieron hacer la transición de producir computadoras para el ejército a producirlas para el mercado mundial con éxito fueron aquellas productoras de máquinas para negocios que habían tenido experiencia con la tecnología de tabulación de tarjeta perforada. IBM abarcaba el 90% del mercado de tabulador de tarjeta perforada antes de la Segunda Guerra Mundial, por tanto es evidente que ellos fueran los que se adelantaran a sus competidores en esta nueva industria (p. 27-28).
Las nuevas computadoras digitales utilizaban casi las mismas lectoras tarjetas, y sus mercados eran casi las mismas industrias, que tenían un uso intensivo de información. Así que IBM en los años cincuenta mejoró su técnica en la electrónica, incrementando el número de ingenieros y técnicos de 500 a 5 000. Para la década de los sesenta, sus ingresos eran el doble del total de los de sus competidores estadounidenses combinados. Ya producía para esos años siete clases diferentes de computadoras centrales, que iban de computadoras para oficinas a aquellas de alto poder con fines científicos (p. 28).
A fines del año de 1960, tomaron la decisión de producir la siguiente generación de computadoras compatibles entre sí. Esta generación sería un sistema de líneas compatibles: el Sistema 360, incluía cinco nuevos procesadores, todas con una fuente de energía común, un chip de transistor, y una mismo software operativo (p. 28-30).
Sus competidores comenzaron a construir sistemas similares, pero con el anuncio en 1970 del sistema 370 todas renunciaron al intento. Los sistema 360 y 370 de IBM se convirtieron en el estándar mundial (p. 30-31).
Por otro lado, Digital Equipment Corporation (DEC) comercializó la primera minicomputadora, con lo cual se abrió un mercado pequeño, pero cada vez más rentable. Un número reducido de empresas le siguieron el paso, entre ellas IBM. A principios de los años ochenta, los ingresos de IBM por las minicomputadoras superaba a los de DEC (p. 32).
Tanto el sistema 360 y la serie PDP de Digital ampliaron la infraestructura del procesamiento de datos para la era de la información. Entre 1968 y 1972 comenzaron a aparecer nuevas compañías para satisfacer la demanda, tanto de paquetes de software, servicios de computadora, y de chips (p. 32).
En el capítulo 6, Progenitores de la era de la información: el desarrollo de chips y computadoras, se describe el papel central de los chips en el procesamiento de información. Los primeros fabricantes eran pequeñas empresas especializadas que habían adquirido la licencia del transistor de Laboratorios Bell. Estas empresas eran Texas Instruments (TI), que fabricaba instrumentos geodésicos para la exploración de petróleo; Motorola, productor de radios de automóvil; Fairchild Semiconductor, establecida por Gordon Moore y Robert Noyce (p. 33).
TI era la más innovadora de las tres, encabezó el desarrollo del chip en silicio y se hizo proveedora de semiconductores para IBM en 1959, mismo año que patentó el chip integrado que colocaba varios transistores en una sola oblea de silicio, el cual se convirtió en la principal fuente de poder para las computadoras. En seguida TI se expandió al extranjero: en 1965 tenía 15 plantas en operación en 10 países. El mercado faltante era Japón. Negoció su entrada a Sony desde 1963 hasta 1968, y pudo entrar al mercado japonés a cambio de otorgar su patente Kilby a todas las compañías japonesas. Sobre la base de eso, las empresas japonesas se adelantaron en el volumen de producción de semiconductores (p. 33).
Fairchild era muy innovadora, incluso en 1959, mismo año que TI, patentó un chip integrado. Pero su problema es que producía empresarios, más no productos. Es así que Gordon Moore y Robert Noyce se salieron de la empresa para formar Intel (p. 33).
Entre 1967 y 1969 otras dos compañías iniciaron operaciones, National Semiconductor y Advanced Micro Devices (AMD), y lo hicieron muy cerca de Fairchild y de Intel, formando lo que hoy se conoce como Silicon Valley (p. 34).
Tanto TI e Intel fueron precursoras en la comercialización del microprocesador, que transformó la industria en los años ochenta. Pero durante los años setenta este nuevo microprocesador se utilizaba para mejorar los desempeños de maquinaria, aparatos eléctricos, líneas de ensamblaje automatizadas y aplicaciones semejantes (p. 34).
Entonces, a final de los años setenta ya se había terminado la infraestructura de la era del procesamiento de datos. Al final del capítulo 6 se describe la evolución del hardware y el software, y también del incremento que resultó de ello en el poder de la computación y en los tipos de información procesada. Se indica en el capítulo el grado despliegue de la tecnología del procesamiento de datos a través de los sectores de la economía y sus repercusiones en la naturaleza y composición de la fuerza de trabajo estadounidense. Muestra la rapidez con que esta tecnología de computadoras despegó en Estados Unidos “demostrando […] [el] apetito de Estados Unidos por contar con tecnologías útiles” (p. 34).
La era del procesamiento fue reformada a principios de 1980 por la computadora personal, acontecimiento que produjo el mundo de microcomputadoras que conocemos hoy en día, accionadas por microprocesadores y utilizadas por individuos conectados entre sí por medio de redes (p. 34-35).
El crecimiento explosivo de las computadoras personales se localiza en el momento en que la gerencia de IBM en 1980, envió un equipo de trabajo a Boca Ratón, Florida, para que se diseñara una microcomputadora, construyeran una fábrica para producirla y creara una organización de mercadotecnia y publicidad de escala mundial; todo ello debía lograrse en un plazo de un año. Se decidió que para cumplir con el programa que la nueva computadora tendría una “arquitectura abierta”, sin protección de patentes. El proyecto se logró completar a tiempo. En 1982, en el primer año de producción, los ingresos de IBM por ventas de microcomputadoras fueron de 500 millones de dólares; en 1985 se incrementaron a 5 500 millones (p. 35-36).
Las consecuencias de este proyecto: 1) reveló un enorme mercado del consumidor para las computadoras; 2) por ser un sistema abierto, creó la oportunidad para que compañías entraran en un nuevo mercado; 3) debido a que el desarrollo del chip y del sistema operativo estaban conectados, Intel y Microsoft habían obtenido la franquicia a fin de producir para este nuevo mercado de miles de millones de dólares. En 1990 su posición era casi monopólica; 4) se creó una demanda de nuevos tipos de paquetes de software. El software para las computadoras personales se convirtió en el sector de crecimiento más rápido de la industria; 5) para conectar todas estas nuevas computadoras personales, se necesitaba de una red interna; fue Novell y 3Com quienes proporcionaron este software, que se llegó a llamar redes de área local (LAN); 6) esta nueva demanda inesperada de computadoras personales suscitó una explosión de emprendedores en Estados Unidos, dejando atrás a los competidores extranjeros, entre ellos los japoneses (p. 36-37).
Las réplicas de IBM dominaban el mercado de PC, y el sistema operativo de Microsoft, accionado con chips de Intel, controlaba el acceso para el desarrollo del software de aplicación. Aun así, la combinación Intel/Microsoft no dominó por completo, debido a una creciente competencia de la estación de trabajo que utilizaba una combinación diferente: a mediados de los ochenta, los fabricantes de microcomputadoras, (IBM, Hewlett-Packard, Digital, Apollo, Sun Microsystems) utilizaban microprocesadores Reduced Instruction Set Computing (RISC) patentados y sistemas operativos Unix para fabricar estaciones de trabajo a las necesidades de sus clientes del ámbito científico. Desarrollaron una tecnología de red intraempresa mediante servidores de alto desempeño que almacenaban y transmitían información (p. 38).
En el capítulo 7, La administración de la tecnología de la información desde 1960, se hace un análisis de la evolución del Internet a partir de la Advanced Research Project Network (ARPANET) del gobierno. Red utilizada primero por el gobierno y las universidades. También se centra en los cambios en la administración de la tecnología de la información (IT) en las empresas de negocios, así como los retos a los que se enfrentaban los gerentes de IT con la llegada de la era de la red en 1995. Además, el autor del capítulo describe y evalúa la repercusión sobre la fuerza laboral de las empresas, y en sus métodos de asignación de recursos y administración (p. 39-40).
En el capítulo 8, Las computadoras en los hogares estadounidenses desde 1977, se examina la evolución de la computadora para el hogar desde un punto de vista sociológico. Termina diciendo que “Una de las características más sorprendentes de la revolución de la información ha sido su característica de ser una revolución de personas, una vez que la computadora en el hogar estuvo en línea.” (p. 40-41).
Al final de la obra hay una apartado que tiene por título "Ensayo bibliográfico sobre el papel de la información en la transformación de Estados Unidos de América".
De los líderes corporativos de 1994 casi la mitad (244) se establecieron en las cinco décadas que van de 1880 a 1920 (p. 15).
Figura 1.3. Evolución de las 500 compañías más grandes de Estados Unidos (p. 16).
Tabla 1.1. Los 10 vendedores principales de computadoras de Estados Unidos de América en cada segmento de la industria, 1994 (p. 29-30).
En 1994, de la producción mundial de microprocesadores por fabricantes estadounidenses, Intel tenía 74%, Motorola (que entonces trabajaba con IBM) 12%, Advanced Micro Devices (el segundo proveedor para la empresa de IBM en Boca Ratón) 7% y Texas Instruments 3% (p. 37).
4. Uso de la información y la tecnología en los negocios durante la era industrial - JoAnnes Yates
6. Progenitores de la era de la información: el desarrollo del chips y computadoras
Harris Corporation, “Founding Dates of the 1994 Fortune 500 U.S. Companies” Business History Review, t. 70. Núm. 1, primavera de 1996, p. 89. Datos sobre evolución de las 500 compañías más grandes de Estados Unidos.
“Datamation 100, 1995” Datamation, 1 de junio de 1995, pp. 47, 48, 57, 61, 62, 66. Vendedores principales de computadoras de Estados Unidos.
En tanto que la tendencia es llevar más allá la automatización del proceso productivo, es necesario que las máquinas sustituyan no sólo la destreza física, sino también la mental, del razonamiento lógico y de su articulación con el proceso de información. En ello la microelectrónica y la informática juegan un papel primordial, siendo el núcleo del desarrollo de las fuerzas productivas técnicas. Esta obra permite ver cómo esta tecnología y su infraestructura vienen consolidándose desde el siglo XIX, y cómo esta misma tecnología permitió mejorar la organización de las empresas. Pero al mismo tiempo traza los orígenes y la consolidación de las empresas más grandes que desarrollan esta tecnología de vanguardia.
Pensar el estudio de las empresas transnacionales como generadoras de tecnologías transversales y de innovaciones que transforman las bases materiales del capitalismo. Son estas empresas quienes realizan el desarrollo científico técnico (no siempre lo crean pero se lo apropian y lo organizan). Las tecnologías de la información representan el salto tecnosocial más reciente en la historia del capitalismo: sus efectos pueden rastrearse en el conjunto social.