Un gran deshielo en el Ártico es inevitable ya que el clima responde a una acumulación de las emisiones de carbono en la atmósfera.

La concentración de carbono ha llegado a 400 partes por millón (ppm), frente a las 280 de hace tres siglos. Diferentes partes del mundo se calientan a diferentes velocidades, e incluso si se implementa el acuerdo de París en su totalidad, el Ártico se calentará entre 5ºC y 9ºC por encima de la media del periodo 1986-2005 en invierno.

Durante las últimas tres décadas la zona de hielo marino en el Ártico se ha reducido en más de la mitad de su volumen. SWIPA, un reporte producido por el Consejo Ártico (un grupo de científicos de los ocho países con territorio en el círculo polar ártico), estima que el Ártico estará libre de hielo marino en el verano del año 2040. El espesor del hielo en el océano Ártico central se redujo en 65% entre 1975 y 2012, y los mínimos históricos en ese espesor se produjeron en marzo.

Los cambios más preocupantes han sucedido en Groenlandia, en donde se perdió un promedio de 375 mil millones de toneladas de hielo por año entre 2011 y 2014.

El Ártico se ha estado calentando al doble comparado con el resto del mundo. Las regiones polares liberan más calor hacia el espacio del que absorben ya que la luz solar es reflejada por el hielo y la nieve. Cuando esto se sustituye por agua o suelo oscuro, se retiene más calor.

A medida que se descongela el suelo del Ártico, los gases de efecto invernadero son liberados. Las plantas y animales muertos en el permafrost ártico tienen aproximadamente la mitad del carbono del mundo almacenado en el suelo.

Además, el deshielo impacta las poblaciones de pequeños crustáceos, lo que afecta a otras criaturas que se encuentran más arriba en la cadena alimenticia como el bacalao, las focas y los osos polares.

En medio de todas las malas noticias se espera que las oportunidades de negocio animen a unos pocos. El Ártico es un océano cubierto de hielo y rodeado por tierra. Los ocho países árticos tienen intereses en el transporte marítimo, la pesca y la perforación en la región.

El Ártico contiene más de una quinta parte de los recursos de hidrocarburos sin explotar del mundo. Sin embargo, en América del Norte la perforación en alta mar fue prohibida en diciembre para proteger los ecosistemas, cosa que Trump puede revertir.

En otros lugares, los bajos precios del petróleo y las dificultades para operar en las peligrosas aguas del Ártico impiden que las empresas inviertan en la región. Shell finalizó sus operaciones en el mar de Chukchi en 2015 después de gastar 7 mil millones de dólares en exploración. Se dice que no se encontró petróleo suficiente para justificar la continuación de las operaciones.

En teoría, empresas de transporte deberían verse beneficiadas por el acceso a una vía marítima más abierta. Usarla para navegar del norte de Europa al noreste de Asia puede reducir la duración del viaje en dos quintas partes comparando con el tiempo que se hace en el viaje a través del Canal de Suez. Incluso en los meses de verano el océano Ártico es tormentoso, por lo que la entrega oportuna de las mercancías es casi imposible de garantizar.

Las mineras interesadas en metales como el cobre también están mirando hacia el Ártico. Pero la mayoría de estas no tienen la experiencia para negociar con los grupos indígenas sobre los proyectos en sus tierras, y aproximadamente una de cada diez personas en la región pertenece a un grupo de este tipo.

Por su parte, Rusia tiene el objetivo de aumentar su presencia militar mediante la reapertura de bases militares de la era soviéticas en la zona, lo que sería otra razón de inestabilidad en la zona. Según Oysten Bo, Secretario de Estado de Noruega en el Ministerio de Defensa, “Rusia está tan interesada como nosotros en mantener el Ártico como una región estable”.

Sin embargo, nada es tan importante como el problema ambiental. Cumplir con el acuerdo de París podría, con el tiempo, estabilizar las temperaturas.

Una posibilidad para la refrigeración del polo es la geoingeniería, que modifica deliberadamente el clima para reducir el calentamiento. La inyección de aerosoles de sulfato en la estratosfera ártica por medio de aviones de alto vuelo podría ser una manera de eliminar un poco de los rayos del sol.

La inyección de cristales de sal en las nubes sobre el océano Ártico para aumentar la reflectividad también podría provocar el enfriamiento, aunque la utilidad de este tipo de solución es muy incierta.

El calentamiento global ha llamado la atención de los principales líderes del mundo, desde Xi Jinping, presidente de China, hasta Barack Obama, expresidente de Estados Unidos. El gran peligro es que el problema ya está muy avanzado.