El fin de la naturaleza barata: o cómo aprendí a dejar de preocuparme por 'el´ medioambiente y amar la crisis del capitalismo

Cita: 

Moore, Jason W. [2016], "El fin de la naturaleza barata: o cómo aprendí a dejar de preocuparme por 'el´ medioambiente y amar la crisis del capitalismo", Relaciones Internacionales, (33): 143-174, Madrid, 31 de octubre, https://revistas.uam.es/relacionesinternacionales/article/view/6731/7064

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Lunes, Octubre 31, 2016
Tema: 
Es posible que el capitalismo se encuentre actualmente en una crisis epocal al tener dificultades para encontrar nuevas estrategias para lograr una naturaleza barata.
Idea principal: 

Jason W. Moore es historiador medioambiental y geógrafo histórico en la Universidad de Binghamton, donde es profesor de sociología. Sus líneas de investigación son: desarrollo del capitalismo, historia ambiental, ecología-mundo y ecología política.


Introducción

Moore comienza su reflexión preguntándose qué puede significar el “fin de la naturaleza barata”, cuestión central del texto. Menciona que el capitalismo a lo largo de su historia se ha caracterizado por superar barreras aparentemente insuperables para lograr la acumulación, específicamente se habla de los Big Four: trabajo, alimento, energía y materias primas.

1. Marco teórico: las relaciones de valor en la ecología-mundo capitalista

El “fin de la naturaleza barata” se refiere a una estrategia civilizatoria que se remonta a los inicios del capitalismo en el siglo XVI, la cual constituyó una nueva ley de valor que colocó a la productividad laboral como medida de la riqueza. De igual forma, implementó la representación del tiempo como algo lineal, el espacio como plano y la naturaleza como externa a las actividades humanas. De esta manera, logró poner el trabajo no mercantilizado de la naturaleza (humana y extra-humana) al servicio de la productividad. Siguiendo este argumento, Moore señala que el verdadero origen de la perturbación de la biosfera no es el llamado antropoceno sino el capitaloceno, regido por las relaciones del capital y el poder capitalista.

El capitalismo surgió en y a través del oikeios: la relación de múltiples capas entre especies y medioambiente, y el conjunto de procesos coproducidos por la naturaleza humana y extra-humana. En este sentido, Moore sostiene que “los humanos, como todas las especies, somos productos y productores de nuestro medioambiente simultáneamente” (p. 145). Esta postura supone desechar la noción capitalismo- y medioambiente y en su lugar pensar a las civilizaciones en naturaleza y al capitalismo como un proceso de construcción del ambiente. Es así como surge la noción de capitalismo como “ecología-mundo”, donde se incluye “la acumulación de capital, la búsqueda de poder y la coproducción con la naturaleza en una unidad dialéctica” (p. 146). Aunado a esto, se entiende que la historia relacional es el núcleo del argumento de la “ecología-mundo”, donde se percibe a la naturaleza como “matriz” y no como mera proveedora de recursos y receptora de residuos.

Por otro lado, Moore explica el origen histórico de la categorización de la naturaleza como agente externo, ya que esta concepción fue necesaria para categorizarla como “barata”. Esta distinción se remonta a la antigüedad grecorromana, pero no es sino hasta el auge del capitalismo que se utilizó como principio organizativo de la civilización. En esta época se desarrolló un nuevo sistema intelectual encabezado por Descartes que separó al ser humano del resto de la naturaleza. Sin embargo, no solo se transgredieron las barreras intelectuales de la época medieval, sino también las territoriales, en este sentido, la expansión del capitalismo hacia territorios no mercantilizados se convirtió en la nueva frontera. Fue así como se logró poner al servicio de la producción mercantil al trabajo no remunerado (humano y extra-humano) y fue posible la creación de formas de naturaleza barata esenciales para el capitalismo: los Four Cheaps del trabajo, alimentos, energía y materias primas.

La gran importancia de la expansión de la frontera en el capitalismo radica en que constantemente requiere encontrar naturalezas “externas” ya que la demanda de naturaleza barata por parte del capital aumenta más rápido que su capacidad para asegurarla, precisamente porque la acumulación depende primordialmente del agotamiento de la fuerza de trabajo.

Moore se pregunta si el agotamiento de la naturaleza barata es un fenómeno cíclico o es efectivamente el fin del capitalismo sostenido por ella. Menciona que por mucho que los estudiosos de las crisis ecológica y económica se han esforzado por reconocer al ser humano como parte de la naturaleza, en el discurso y metodologías persiste la visión modernista de la naturaleza como algo externo, lo cual conlleva a que no exista una explicación fuerte y bien argumentada de “cómo la naturaleza importa al capitalismo, no solo como producto, sino como relación constitutiva” (p. 148).

2. Naturaleza, límites y capital: valor y el excedente de la ecología-mundo

A pesar de que el capitalismo ha sido capaz de superar los cuellos de botella producto del aumento de los costes de los Big Four a través de la renovación de la comodificación, la última revolución agrícola capitalista no ha detenido el decrecimiento de la producción, por lo que es posible que efectivamente el capitalismo se encuentre actualmente en una crisis epocal. De esta forma, se podría afirmar que todas las crisis de nuestro tiempo convergen en una única crisis, la del capitalismo como modo de organizar la naturaleza.

Por otro lado, Moore nos habla de la ley de valor del capitalismo, ya que condiciona las configuraciones cíclicas de emergencia, desarrollo y reestructuración de la riqueza, el poder y la naturaleza; condicionadas por las relaciones de valor del capitalismo. Es así como se puede entender estas relaciones de valor de dos modos: el valor como método y el valor como proposición histórica. La primera toma a la producción y la reproducción de la vida como hilo conductor que permita diluir la división entre lo económico y lo ecológico, para poder centrarse en las relaciones de poder y producción que hacen posible la reproducción sin fin del valor en su doble existencia: como trabajo social abstracto y como naturaleza social abstracta.

Este primer entendimiento del valor nos conduce al segundo: el valor como proposición histórica. Aquí las relaciones de valor son generalizadas a una dialéctica de capitalización de la producción y apropiación de la reproducción. Esta doble codificación del valor se traduce en una dialéctica del valor/no valor, donde valor se refiere a “la explotación de la fuerza de trabajo en la producción de mercancías y apropiación de la capacidad de la naturaleza de crear vida como trabajo no remunerado” (p. 150). En este sentido, debido a que la expansión de la zona de apropiación ha sido más rápida que la de la zona de explotación, el capitalismo histórico ha podido renovar cíclicamente los Four Cheaps y ha superado los cuellos de botella antes mencionados.

En resumen, las técnicas capitalistas buscan apropiarse de “las fuerzas de la naturaleza” y hacer productivas “las fuerzas de trabajo”. En este sentido, se entiende que la naturaleza no es un objeto previo y externo sino una red de relaciones que el capital reconfigura para que le siga proveyendo trabajo no renumerado para la acumulación de más capital. Sin embargo, otro tema importante que debemos resaltar aquí es la parcialidad de la ley de valor ya que, es específicamente antropocéntrica en el sentido de que solo la fuerza de trabajo humano produce directamente valor. Es decir, otras especies que también “trabajan”, como un árbol o un caballo, no pueden ser pagados, lo que genera trabajo no remunerado, lo cual le permite a la acumulación tener grandes márgenes de beneficio. En este sentido, el objetivo es reducir el tiempo de trabajo necesario mediante la maximización del “trabajo” no remunerado.

Es así como se llega a la conclusión de que los “límites de crecimiento” del capitalismo no son externos, sino que derivan de la relación de capitalización y apropiación de las naturalezas humana y extra-humana regidas por la ley de valor, y de la renovación cíclica de los Four Cheaps. De esta forma, para lograr estas renovaciones cíclicas que producen olas de acumulación es necesario un gran “excedente ecológico”. A este respecto, se requiere la combinación de capital y poder capitalista para generar nuevas fuentes de trabajo no remunerado mediante el “descubrimiento” de nuevas naturalezas tras el agotamiento de la anterior naturaleza histórica.

3. Del apogeo de la apropiación a la tendencia a caer de los excedentes ecológicos

Ahora bien, es imprescindible hablar del concepto de agotamiento, el cual va más allá del deterioro físico, se refiere a la erosión de las estrategias de acumulación producto de la relación entre el trabajo remunerado y el no remunerado. El agotamiento del régimen de acumulación es evidente cuando aumenta el precio de los Big Four, debido a que hay una caída en el excedente ecológico a causa del agotamiento de las fronteras y al aumento en el excedente de capital. Este excedente de capital genera un circulo vicioso, ya que se refugia en el mercado de productos (alimentos, energía, materias primas) ocasionando que sus precios aumenten cuando deberían bajar. “La restauración de las crisis cíclicas por sobreacumulación ha dependido de la restauración cíclica de los Four Cheaps" (p. 158). En este sentido, materias primas baratas hacen posibles nuevos productos utilizados para generar nuevos sistemas de producción, espacios urbanos e infraestructuras que absorben los excedentes de capital. Algunos ejemplos son la primera y segunda revolución industrial, así como la fordista.

4. Auge y caída de la naturaleza barata: el momento neoliberal

La crisis del periodo neoliberal del capitalismo comenzó en 2003 con el decaimiento del excedente ecológico y el aumento constante de capital que no puede ser reinvertido beneficiosamente. Previo a la crisis, el auge neoliberal comenzó en 1983 con una caída en los precios de recursos, alimentos y energía; esto también generó un aumento en la mano de obra barata, tanto así que el proletariado mundial se duplicó a partir de 1989. Este gran abaratamiento de la mano de obra barata desde 1973 se logró a través de cinco dimensiones clave: la represión salarial; la caída del margen de beneficio de la industria estadounidense; el “gran cercado mundial” mediante programas de ajuste estructural y liberalización de los mercados; la expansión del proletariado femenino; y la instauración de un nuevo régimen de “infra-consumo forzado”.
En este marco, se entiende que la crisis neoliberal no se debe solo al decaimiento de las naturalezas extra-humanas sino también de la humana, debido a que la mano de obra barata está desapareciendo.

5. El capitalismo como frontera: naturalezas sociales abstractas

El capitalismo tiene fronteras y está definido por el movimiento de estas. “Las zonas de baja o mínima comodificación han otorgado grandes oportunidades al capital para reducir los precios de los Big Four” (p. 164). La “Gran Frontera” que marcó el inicio del capitalismo se caracterizó por lograr hacer los recursos gratuitos de la naturaleza asequibles para aquellos con capital y poder; en este sentido, en la actualidad el fin de esa frontera determina el fin del oportunismo.

Moore señala dos tipos de ampliación de fronteras del sistema capitalista: horizontales (registros de incorporación de la historia mundial) y verticales (reproducción socio-ecológica dentro de los núcleos de la comodificación). En la zona de comodificación es donde se da la formación del trabajo social abstracto que emergió gracias a la formación de regímenes de naturaleza social abstracta. Este último concepto se refiere a un conjunto de procesos, relaciones y prácticas que resultan útiles para producir naturalezas externas potencialmente baratas con la finalidad de expandir las fronteras de acumulación.

Las revoluciones científicas a lo largo de la historia del capitalismo han coproducido diversas naturalezas históricas –“relaciones de valor basadas en sucesivas configuraciones de trabajo y naturaleza abstracta” (p. 165)- en y a través de sucesivas fases de acumulación de capital. Estas revoluciones transformaron la concepción de la naturaleza, las fronteras y generaron nuevas condiciones de oportunidad para el capital. Podemos señalar que a partir de 1973 las ciencias de la vida, específicamente las que estudian el material genético, han permitido desarrollar nuevas condiciones de acumulación. Por otro lado, las Ciencias de la Tierra han permitido desarrollar técnicas de “escaneo y valoración” (teledetección, sistemas de información geográfica, etc.), que se reducen a lo que Luke llama “contabilidad planetaria”, concepción que percibe a la Tierra como una reversa de recursos para abastecimiento y un receptor de residuos.

A modo de conclusión

Finalmente, para redondear las ideas centrales del texto, el capitalismo se caracterizó por determinar una nueva forma de organización de la naturaleza, la riqueza ya no se midió en función de la productividad de la tierra sino en la productividad del trabajo. La apropiación de la frontera terrestre y del trabajo ha permitido los movimientos necesarios de frontera indispensables para las olas cíclicas de acumulación. En este sentido, el problema en la actualidad no es solamente que el ser humano esté perturbando las grandes fuerzas de la naturaleza, sino que el capitalismo está agotando sus estrategias para lograr constantemente una “naturaleza barata”.

Datos cruciales: 

1. “Barato” se refiere al valor de los Big Four: trabajo, alimentos, energía y materias primas. Un valor bajo consiste en que el producto promedio requirió relativamente poco trabajo humano y una cantidad mayor de trabajo no remunerado.

2. El Dualismo cartesiano que situó a la naturaleza como un agente externo permitió categorizarla como "barata".

3. El capitalismo se caracteriza por ser una estrategia civilizatoria que sitúa a la naturaleza (humana y extra-humana) como agente externo a las actividades humanas y así poner su trabajo no mercantilizado al servicio de la productividad.

4. Las técnicas capitalistas buscan apropiarse de “las fuerzas de la naturaleza” y hacer productivas “las fuerzas de trabajo”.

5. Es posible que el capitalismo se encuentre actualmente en una crisis epocal al tener dificultades para encontrar nuevas estrategias para lograr una naturaleza barata.

6. Los precios mercantiles para el metal cayeron 50% aproximadamente entre 1975 y 1989; para los alimentos 39%; mientras que el petróleo se estabilizó en 1983 durante los siguientes veinte años a un precio por barril sobre dos veces el precio de la era de posguerra (p. 159).

7. Con la apertura de Rusia, China e India al mercado mundial, el proletariado mundial se duplicó a partir de 1989 (p. 160).

8. Hoy en día casi tres mil millones de personas padecen hambre y deficiencias nutricionales, incluyendo cincuenta millones en Estados Unidos (p. 161).

9. En China, los salarios reales se incrementaron 300% entre 1900 y 2005. Los salarios manufactureros crecieron seis veces más rápido que la tasa de inflación y los costes laborales unitarios aumentaron 85% entre 2000 y 2011 (p. 161).

10. En Estados Unidos, el enorme aumento de la participación de madres como fuerza de trabajo —50% entre 1975 y 1995— significó tanto un momento relevante de la represión salarial neoliberal mientras se mantenía una demanda —de consumo— efectiva, así como una oportunidad única para el avance de las fronteras (p. 163).

Nexo con el tema que estudiamos: 

El dualismo cartesiano ha generado que se tenga una concepción de la naturaleza como un agente externo y pasivo el cual puede ser aprovechado, transformado e incluso destruido por fuerzas humanas. Sin embargo, Moore plantea una propuesta bidireccional (desde su noción de oikeios) en la cual la naturaleza también es un agente histórico de cambio y por ende también importa al capitalismo como relación constitutiva.

El capitalismo debe sus renovaciones cíclicas gracias a la capacidad que ha tenido de generar estrategias que le permitan lograr una naturaleza barata, específicamente por la apropiación de trabajo no remunerado tanto humano como extra-humano. En este sentido, “el fin de la naturaleza barata” no solo se refiere al agotamiento de los recursos planetarios en su forma material, sino también a la cada vez más difícil tarea que se le presenta al capitalismo de crear o innovar técnicas que logren esta naturaleza barata.

Otras síntesis que recuperan el trabajo de Jason W. Moore puede consultarse en:

Anthropocenes & the Capitalocene Alternative

De objeto a Oikeios: la construcción del ambiente en la Ecología-mundo Capitalista

El capitalismo en la trama de la vida. Ecología y acumulación de capital