Capitalismo y colapso climático / I

Cita: 

Saxe-Fernández, John [2016], “Capitalismo y colapso climático / I”, La Jornada, México, 3 de marzo, http://www.jornada.unam.mx/2016/03/03/opinion/026a1eco

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Jueves, Marzo 3, 2016
Tema: 
Origen y productores de los gases efecto invernadero
Idea principal: 

John Saxe-Fernández es doctor en Estudios Latinoamericanos de la UNAM e investigador y Coordinador del programa "El Mundo en el Siglo XXI" del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM.

La presente nota forma parte de una serie artículos que el autor publicó en el periódico La Jornada, mismos que se han fichado en el LET:

Capitalismo y colapso climático / I
Capitalismo y colapso climático / II
Capitalismo y colapso climático / III


En esta nota periodística John Saxe lanza la pregunta “¿Quiénes son los responsables y grandes ganadores del retraso de 24 años en la regulación y freno de las emisiones de gases con efecto invernadero (GEI), que según el consenso científico articulado por el Panel intergubernamental sobre cambio climático de la ONU, está en la base del colapso climático antropogénico (CCA) en curso?”

El autor, a través de especialistas en el tema, afirma que nos encontramos en el mayor riesgo jamás afrontado por la humanidad y la biota global. Citando a Suzanne Goldenberg nos dice que “la crisis climática del siglo XXI fue causada en gran medida por sólo 90 corporaciones, que han lanzado a la atmósfera dos tercios de los GEI generados desde el inicio de la era industrial. Las firmas van desde corporaciones como Chevron, Exxon y BP a entes de propiedad estatal”.

Por su parte Richard Heede enfatiza en que la mitad de los GEI emitidos desde la revolución industrial fueron generados en los últimos 25 años, es decir, desde que las corporaciones y los gobiernos ya sabían de la relación entre las emisiones de GEI y el calentamiento global con alto riesgo para centenas y miles de millones de personas.

De tal forma que el problema tiene origen en la revolución industrial y en los combustibles fósiles como eje de acumulación. Con estos estudios, nos dice Saxe, Heede muestra la evidencia científica de que “no vivimos en un antropoceno como se lee con frecuencia, sino en el capitaloceno, asunto planteado por Elmar Altvater en El Fin del capitalismo, tal y como lo conocemos, 2012”.

Desde los años 70 las grandes petroleras encabezadas por Exxon tenían conocimiento científico de del riesgo de los GEI (según se documentó en 2015), datos que fueron desatendidos a la vez que la empresa se dedicaba a negar la verdad con millones de dólares y a sembrar la duda sobre la ciencia climática, continuando su lucro en la industria fósil.

A este modo de operar, el autor lo denomina como crímenes corporativos y/o estatales de lesa humanidad. Otro ejemplo señalado es que antes de la COP21 (la cual busca realizar compromisos vinculantes con el medio ambiente), Exxon anunció que extraería petróleo sin límite y que se aproximaba una transformación energética gracias a tecnologías que dan acceso a la energía de las arenas bituminosas, a los fósiles en aguas profundas, así como a los hidrocarburos de lutitas y del Ártico.

En México, después del anuncio de la transformación energética, Enrique Peña Nieto fue premiado en Texas por la entrega del sector petroeléctrico del país, “festejó con CERA su hazaña anti-nacional para que Exxon, Shell, et al, sigan transformando al mundo como lo conocemos y ocupen los yacimientos y gasolineras del país, en medio de la mayor violencia y desastre de derechos humanos en la historia nacional”.

Datos cruciales: 

Richard Heede rastreó las huellas de emisiones de dióxido de carbono (CO2) y metano (CH4) de los principales productores de combustibles fósiles y cemento. Las 90 principales firmas privadas acumularon gases de efecto invernadero (entre 1854 a 2010) de de 914 mil millones de toneladas de CO2 equivalente (GTCO2e): 63% de la generación mundial de CO2 industrial y CH4 entre 1751 y 2010.

Datos del FMI muestran que en 2015 la industria fósil mundial gozó de subsidios por 5.3 billones de dólares.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El artículo sintetiza cómo las grandes corporaciones mundiales tienen el poder de marcar las pautas en que se dictan las formas de producir, sin importar las consecuencias socioambientales, las cuales se han intensificado por el objetivo lucrativo de la producción de ganancias.

Las empresas a la par con los gobiernos, generan las “verdades científicas” que les conviene mostrar para conseguir sus fines. Por ejemplo, en este caso, la industria energética, pero principalmente las grandes empresas, primero lucran para decir que los GEI no son un problema de su industria, luego, cuando ya no hay manera de esconder el caos que se ha provocado se comenzará (ya se está haciendo) a lucrar con otras formas de energía, que de igual forma son un negocio con daños socioambientales, es un círculo que les permite lucrar con el problema y con las consecuencias de éste.

Los cambios en la economía mundial son detonantes en el funcionamiento y el modo de operar de las empresas y los estados, en este sentido, la crisis de 2008 mostrará cambios reveladores en la explotación humana y ambiental que realizan las grandes corporaciones.