Vicky Xiuzhong Xu es investigadora en el Australian Strategic Policy Institute y periodista en The New York Times y ABC News.

¿Cuál es el problema?

La población de etnias minoritarias de Sinkiang está siendo desplazada por el gobierno chino hacia las fábricas del país. Particulamente los uigures, una de las etnias de Sinkinag, han sido víctimas de trabajo forzado en cadenas productivas de al menos 83 marcas famosas del mundo como Apple, BMW, Gap, Huawei, Nike, Samsung, Sony y Volkswagen.

Vicky Xiuzhong estima que entre 2017 y 2019, 80 mil uigures han sido transferidos fuera de Sinkiang para trabajar en fábricas chinas. Las condiciones de vida de los uigures fuera de sus hogares son drásticas: dormitorios aislados, inculcación ideológica china después de las horas de trabajo (incluyendo enseñanza del idioma mandarín), vigilancia y prohibiciones de participar en cultos religiosos.

Asimismo, ha salido a la luz pública la existencia de "campos de re-educación" en Sinkiang para adoctrinar a las etnias minoritarias según la ideología del Partido Comunista de China. Se trata de una campaña de "reingeniería social" de las etnias minoritarias y de sometimiento a trabajo forzado para participar en las cadenas globales de producción.

¿Cuál es la solución?

Para Xiuzhong el gobierno chino tendría que cumplir los derechos laborales, culturales y cívicos estipulados en la constitución china, terminar con la detención extrajudicial de las etnias minoritarias (principalmente musulmanas) y dotar de garantías a los ciudadanos para su libre movilidad y elección de trabajo. Por su parte, las firmas que participan en el uso de trabajo forzado de los uigures tendrían que apelar a los derechos humanos para realizar jornadas de inspección y auditoría en las fábricas chinas. Finalmente, los gobiernos extranjeros, las empresas y la sociedad civil tendría que buscar los mecanismos para presionar al gobierno chino a terminar con las detenciones extrajudiciales y el trabajo forzado de los uigures.

Resumen ejecutivo

Xiuzhong menciona que desde 2017 más de un millón de uigures y otras minorías musulmanas turcas han sido desplazadas a "campos de re-educación" en Sinkiang. Para algunos expertos se trata de un sistemático programa gubernamental de "genocidio cultural" (p. 4). Dentro de los campos, la población se ve sometida a adoctrinamiento político, renuncia forzada a sus creencias religiosas y culturales e incluso tortura. Toda esta campaña se ejecuta bajo el pretexto de combatir el "extremismo religioso".

La fase actual de los campos de re-educación es la promoción gubernamental de los "graduados" de aquel "entrenamiento". La población "graduada" es forzada a trabajar en las fábricas de China, muchas de ellas fuera de Sinkiang.

El Australian Strategic Policy Institute (ASPI, por sus siglas en inglés) ha reconocido 27 fábricas en nueve provincias chinas que reclutan trabajadores uigures transferidos de Sinkiang desde 2017. La política gubernamental denominada "Sinkiang Aid" es la responsable de haber transferido a más de 80 mil uigures fuera de Sinkiang entre 2017 y 2019.

El reporte de Xiuzhong estudia tres casos de trabajadores iugures que han sido reclutados por la fuerza en fábricas chinas que manufacturan para marcas globales famosas: 1) Nike, 2) Adidas y Fila y 3) Apple. La premisa del análisis es que los trabajos asignados a los uigures tienen como clave previa, la adoctrinación en los "campos de re-educación".

El reporte analiza las políticas que están detrás de la nueva fase del gobierno chino sobre la continua represión de las minorías musulmanas, particularmente, la uigur. El objetivo es exponer el abuso de los derechos humanos del gobierno chino en complicidad con compañías chinas y extranjeras. En el dato crucial 1 se indican las 83 firmas extrajeras involucradas directa o indirectamente en el uso de trabajo forzado de uigures.

Trabajo forzado uigur

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) tiene una lista de once indicadores sobre trabajo forzado. Para Xiuzhong los indicadores que son relevantes para estudiar el caso de los trabajadores uigures deben tener las siguientes consideraciones:

- Trabajadores sujetos a intimidaciones y amenazas.
- Trabajadores situados en posiciones de dependencia y vulnerabilidad.
- Trabajadores con restricción a su libertad de movimiento.
- Condiciones de trabajo abusivas como adoctrinamiento político, gestión militar y prohibición de prácticas religiosas.
- Jornadas de trabajo excesivas.

Los medios de comunicación chinos dicen que la transferencia de trabajadores uigures a las fábricas fuera de Sinkiang es voluntaria. Sin embargo, los trabajadores uigures que escaparon de China han reportado a los medios la verdadera situación. Los uigures son transportados en trenes especiales hacia las fábricas por un contrato forzoso de trabajo cuya duración puede ser de más de un año. Algunas fuentes señalan que la organización de las fábricas sigue una administración de tipo militar: cada 50 uigures son asignados a un observador y monitoreados por personal de seguridad.

Por su parte, las compañías chinas y el gobierno se muestran orgullosos de ser capaces de alterar la perspectiva ideológica de los uigures al transformarlos en "ciudadanos modernos" que son "psicológicamente más atractivos".

El reporta muestra a través de sus casos de estudio que el fenómenos de los uigures contradice no sólo las leyes internacionales de derechos humanos o la OIT, sino la propia constitución china.

*Abajo se adjunta el reporte completo.