Trump’s world. The new nationalism. With his call to put 'America First', Donald Trump is the latest recruit to a dangerous nationalism
The Economist [2016], "Trump’s world. The new nationalism. With his call to put 'America First', Donald Trump is the latest recruit to a dangerous nationalism", The Economist, London, 19 de noviembre, http://www.economist.com/news/leaders/21710249-his-call-put-america-firs...
Para The Economist la victoria de Trump abre la era de un nuevo nacionalismo. Esta victoria se debe en parte a sus promesas de un cambio histórico para volver a hacer grande a Estados Unidos, promesas al estilo de la campaña electoral de Ronald Reagan en 1980. Pero a diferencia del optimismo de Reagen, Donald Trump expresa sentimientos de ira. El nacimiento de un nuevo nacionalismo –desde la segunda guerra mundial– se extiende a otras regiones del mundo –por ejemplo: Rusia, China y Turquía– cuyos líderes políticos comparten una visión pesimista en la competencia de los intereses globales con los nacionales.
Mi nación derecha o izquierda
El nacionalismo es un concepto ambiguo, fácil de manipular. Para la revista existen de manera general dos tipos de nacionalismos, uno “cívico”, el cual une a la nación entorno valores universales de libertad e igualdad y tiene miras en el progreso. Y por el otro lado, existe un “nacionalismo étnico” el cual es agresivo y nostálgico, basándose en una raza o en la historia para desintegrar la nación.
De acuerdo con la revista, Trump es un golpe a sus predecesores patrióticos de posguerra de un nacionalismo cívico. Trump amenaza con debilitar el compromiso que Estados Unidos ha construido con su respaldo y respeto de las instituciones globales. En Rusia, Putin ha rechazado los valores liberales cosmopolitas por una mezcla de tradición eslava con una cristiandad ortodoxa. En Turquía, Erdogan ha rechazado a la Unión Europea y las reuniones de paz con la minoría kurda. En la India, Narendra Modi mantiene vínculos con grupos hindú de un nacionalismo étnico radical. En China el nacionalismo es cada vez más furioso y vengativo, con un espíritu patriótico que busca eliminar un siglo de humillantes ocupaciones.
Incluso la Unión Europea –el intento existente más grande de romper con los nacionalismos– está viviendo un proceso similar con el voto de salida de Gran Bretaña, el ascenso de poderes xenofóbicos ultranacionalistas en Polonia y Hungría, y con nacientes movimientos similares en Francia.
El nuevo nacionalismo de Trump está alimentando la intolerancia al interior. Al exterior su política de cerrar fronteras corre el riesgo de restar importancia a reuniones y acuerdos internacionales, como a la OMC. Los resultados, según la revista, solo podrían derivar en un mundo más duro e inestable.
Los aislacionistas se unen
The Economist advierte que si Trump no toma conciencia de que su aislamiento del mundo no logrará mejorar la situación de Estados Unidos, la pobreza y el enojo en su país crecerán, cayendo en un círculo vicioso de represalias y hostilidades.
Las secuelas de las crisis mundial 2008 han alcanzado una inestabilidad social y política cada vez mayor, la economía concentrada en cada vez menos manos incrementa las tensiones. La necesidad de un re-acomodo de las fuerzas hegemónicas hacen más real la opción del uso de la violencia de las guerras como remedio. Estos métodos se ven alimentados y justificados por sentimientos nacionalistas contra el “otro”, sin salirse del juego de la misma lógica del egoísmo e individualismo de la propiedad privada capitalista. Una pregunta fundamental es la relación entre los grandes negocios y la presidencia Trump, puesto que las promesas de la campaña electoral han sido de carácter populista y las amenazas contra Ford y Toyota pretenden frenar la lógica globalizadora. A partir de febrero 2017 veremos qué tanto se enfrentarán ambos actores.
Otras fichas en el LET sobre la discusión de las medidas de Trump en la economía estadounidense:
A Trump White House. The 45th president. What is Donald Trump likely to achieve in power?