The president and corporations. How Donald Trump is changing the rules for American business. The president-elect has a new approach to dealing with corporate America. It is not all good news

Cita: 

The Economist [2016], "The president and corporations. How Donald Trump is changing the rules for American business. The president-elect has a new approach to dealing with corporate America. It is not all good news", The Economist, London, 10 de diciembre, http://www.economist.com/news/leaders/21711314-president-elect-has-new-a...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Diciembre 10, 2016
Tema: 
Trump contra las empresas
Idea principal: 

El artículo hace una reflexión respecto las tácticas de intimidación y amenazas de Trump sobre el sector empresarial y respecto su promesa de atacar una regulación onerosa, recortando impuestos e incentivando la economía con gasto de infraestructura.

Recientemente Trump arremetió contra Apple, Ford y Boeing por llevar su producción al exterior y no generar empleos en Estados Unidos. En otro caso persuadió a Carrier, una fabricante de aire acondicionado, para mantener 800 empleos en el estado de Indiana en lugar de desplazarlos a México. Para la revista algunas de las estrategias de Trump son prometedoras y otras, problemáticas. En el lado positivo figuran una nueva reforma fiscal, mayor inversión en infraestructura y una agenda desreguladora, elementos que no son fáciles de armonizar. Por lo que toca a los peligros se señala su mercantilismo confuso que caracteriza su actitud en los negocios, y sus tácticas de comprar y atacar empresas individuales.

Ayudando a pocos a expensas de muchos

Bajo la premisa de que los trabajadores son afectados por la deslocalización de las empresas a lugares con menores costos, Trump busca imponer una tarifa de 35% en los productos de cualquier compañía que traslade su producción al exterior. The Economist afirma que eso simplemente hará que los productos se encarezcan para los consumidores estadounidenses. Al mismo tiempo las empresas reducirían su competitividad, impidiendo nuevas inversiones y eventualmente terminaría perjudicando los salarios.

La revista señala que debido a lo altamente costoso que sería la aplicación de tales tarifas, muchos piensan que el discurso proteccionista de Trump es meramente retórico. Atacar a empresas singulares de manera directa le ha servido para ganarse la confianza de los trabajadores y ha evitado la cuestión de las tarifas. The Economist señala que esto sería lo más viable, ya que mantener el mercantilismo trumpiano a la larga tendría altos costos, particularmente si la apreciación del dólar continúa empujando hacia una balanza comercial deficitaria. Incluso la táctica de molestar a las empresas individualmente sería un problema en sí mismo, pero eso no sería algo exclusivo de Trump, Estados Unidos tiene una larga historia en como la política interviene en sus negocios, mediante subsidios y confrontaciones.

De forma similar Gran Bretaña intenta persuadir a la firma japonesa, Nissan, a no abandonar el país después del Brexit. También Francia está presionando a ciertas empresas para mantener los empleos en el país.

Cortejando al rey y ganándose el favor

A pesar de lo anteriormente dicho, a la revista le preocupa el enfoque impredecible de Trump. Su táctica de intimidación es probable que sea más corrosiva. Según la cual, si la presidencia de Trump se mantendrá bajo este tono, lo más probable es que las empresas harán lo posible para evitar roces con el presidente. El artículo estima que el rol de las presiones políticas (lobbyists) aumente, contrario a las promesas de campaña de sacar del gobierno a esos "intereses especiales".

Al principio estos cambios negativos pueden ser imperceptibles, quedando ocultos detrás de los estímulos económicos y la reforma regulatoria. Y por el ascendiente que le da ser presidente de la economía líder, Trump podrá mantener sus presiones sobre las empresas en el mediano plazo. Sin embargo, estas estrategias generarán una distribución ineficiente del capital, menos competitividad y una reducción de la confianza en las instituciones estadounidenses.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Las empresas estadounidenses están ancladas como todas a una competencia económica que es mundial. Traerlas por decreto nuevamente en territorio de Estados Unidos las obliga a competir en desventaja (por los altos costos de producir en Estados Unidos) frente a otras empresas. A menos que Estados Unidos genere las condiciones para compensar la producción en lugares más baratos (bajos salarios y costos fiscales, etc.). En el marco del capitalismo decadente, es relevante que el argumento liberal se interrogue sobre las posibilidades de los nacionalismos en curso, en particular en China y Estados Unidos: aunque los condena, reconoce que habrá redinamización económica de corto e incluso mediano plazo.

Otras fichas en el LET sobre la discusión de las medidas de Trump en la economía estadounidense:

America’s new president. The Trump era. His victory threatens old certainties about America and its role in the world. What will take their place?

The burning question. Climate change in the era of Trump. With or without America, self-interest will sustain the fight against global warming

Trump’s world. The new nationalism. With his call to put 'America First', Donald Trump is the latest recruit to a dangerous nationalism

America and the world. The piecemaker. For seven decades America has been the guarantor of global order. It may now become a force for instability

The world economy. Our election, your problem. A Trump presidency will be bad for the world economy and worse for places outside America

Chairman president. Corporatism’s long history in America. The tradition of politicians intervening in business

A Trump White House. The 45th president. What is Donald Trump likely to achieve in power?

American business. Meet the new boss. Businesses may come to love or to fear Donald Trump. Either way, they will have to make a deal