La victoria de Donald Trump tomó por sorpresa a muchos analistas que daban por sentado el fracaso de su campaña tras los escándalos provocados por su trato a las mujeres y comentarios xenófobos y raciales. Sin embargo, tras haber ganado la elección por la presidencia de los Estados Unidos, sus amenazas de poner a prueba a las instituciones que regulan la vida política y su creencia de que Estados Unidos es el ganador de las tareas que como potencia hegemónica debe hacer, generan en Trump la confianza de que Estados Unidos se puede desvincular del mundo y esa posible ruptura ha tomado de sorpresa a los aliados del país ya que los mercados lo han resentido, pues ni el Brexit tuvo un impacto como el que tendrán las recientes elecciones.

Los estadounidenses no sólo cambiaron de partido al momento de votar, sino que también cambiaron de régimen, uno que convenció a una clase media que no había compartido la prosperidad de Estados Unidos (Ver datos cruciales). A raíz de ello la ira de esta clase media fue clave en la victoria de Trump pues este sector considera que la élite de Washington era incapaz de actuar contra los grandes negocios o peor aún, que dicha élite era parte de una conspiración, por lo que su repudio a los medios de comunicación, patriotismo y desconfianza en los políticos fue aprovechada por la campaña trumpista.

Pese a los defectos que Donald Trump mostró, para quienes votaron por él pesaba más la realidad: Estados Unidos necesita recomponerse. Algunos analistas señalan que la actitud de Trump de romper tabús junto con la actitud de sus votantes de haberlo tomado en serio (pero no literal) y la de sus críticos al haberlo tomado literal (pero no en serio), más el desinterés de Hilary Clinton de llegar a esos grupos, hizo que la balanza se inclinara en favor de Trump. Tras las elecciones, su figura como presidente puede quedar casi intacta, pues aun cuando construir un muro en la frontera con México signifique una guerra comercial con China, a sus electores no les importa, pues solo esperan que él los haga sentir orgullosos y que imponga una justicia conservadora en la Suprema Corte.

The Economist en su tradición liberal de defensa a la apertura de mercados y democracia liberal desea que Donald Trump tenga éxito como presidente, sin embargo, se mantiene escéptico respecto a si Trump será un buen presidente ya sea por sus políticas, su temperamento y las demandas de la oficina política.

1. Políticas

• Pretende eliminar el sistema de seguridad social conocido como “Obamacare” que privaría a 20 millones de estadounidenses de seguro social.

• Su recorte de impuestos impulsaría los beneficios de los ricos generando un déficit del 25% del Producto Interno Bruto en 2026.

• Ha demandado concesiones comerciales con China, tarifas a México y Canadá y la eliminación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte generando más pobreza entre aquellos consumidores que se benefician de los barato de los productos importados.

• De fallar el Programa de Congelamiento Nuclear de Irán, podría elegir entre atacar los sitios nucleares de Irán o ver la proliferación nuclear en Medio Oriente.

• Quiere revertir el tratado de París sobre el cambio climático, eso erosionaría las alianzas que mantiene Estados Unidos. Junto a esto, también ha demandado a otros países pagar por más seguridad o simplemente se retirará de los acuerdos.

2. Temperamento

• Durante su campaña, Trump fue narcisista, sensible e indisciplinado. Ahora deberá guardar la calma y tratar de trabajar en conjunto, incluso con aquellos que no tengan sus mismas ideas y aguantar una serie de objeciones que puedan surgir a sus iniciativas.

• Ya no debe mostrarse reacio sino que debe tener la conciencia de que debe hablar con todas aquellas personas que durante su campaña pudieron ridiculizarlo o insultarlo. El propósito de ser más paciente es para poder responder de acuerdo a los intereses de Estados Unidos y no a su orgullo. De fallar en manejar sus resentimientos, su presidencia se hundirá pronto en una pila de conflictos.

3. Las demandas de la oficina

• Trump no ha demostrado evidencia ni detalles de cómo se ocupará de los labores demandantes en la Oficina Oval, las cuales podría delegar pero su equipo de campaña depende de un grado inusual con su familia y en desacuerdos con políticos.

• Tiene la firme idea de que su experiencia en los negocios le hará capaz de negociar en la política. Y puede entenderse que antes si algún proyecto fallaba como empresario podía resurgir comprando un rascacielos o un campo de golf, pero tratar el tema de las acciones de Rusia es otro tema muy diferente y más cuando en cuestiones nucleares se debe tener a alguien con juicio y experiencia, pues serán las actitudes más expuestas.

The Economist menciona que el ingenio de la constitución de Estados Unidos es limitar el daño que un presidente puede causar. No obstante si Trump no lograse generar cambios esperados por los estadounidenses el peligro que se corre es un mayor descontento social que en cuatro años podrían elegir un presidente mucho más antisistémico.