En síntesis

En esta sección se presentan los resultados del trabajo de lectura y síntesis del LET. Las fichas completas se encuentran en la página del LET

La pandemia de Covid-19 ha alcanzado un estatus global y básicamente se encuentra como uno de los temas omnipresentes en los medios de comunicación hoy en día. En esta sección se sintetizan algunos materiales que abordan el tema de la pandemia, seleccionados a partir de tres criterios o ejes temáticos: 1) combate y adaptación frente a la destrucción del ambiente; 2) tecnologías militares - tecnologías de uso dual y 3) competencia mundial y disputa hegemónica.

Cuando las crisis se intersectan

Una de las primeras notas sobre la Covid-19 en The Economist apuntó las principales preocupaciones del brote en China: la propagación de la enfermedad y la incertidumbre. A medida que los casos aumentaban se especuló sobre un colapso de la atención médica, la agitación social-económica y una pandemia mortal. Respecto a la incertidumbre, los datos eran escasos y los informes confidenciales.

El origen del virus sigue siendo desconocido. The Economist plantea que la Covid-19 probablemente se originó en murciélagos; circuló a través de mamíferos y terminó en un mercado de Wuhan, donde se venden animales salvajes. Los síntomas de la enfermedad son similares a los de la gripe, pero pueden derivar en una neumonía. En China, los científicos comenzaron a trabajar en vacunas y tratamientos para hacer que las infecciones fueran menos graves; lo cual llevó a Wuhan y el resto de la provincia de Hubei a entrar en cuarentena. El impacto de tales medidas se extendió por todo el territorio chino (http://let.iiec.unam.mx/node/2773).

Cuando la pandemia se extendió globalmente y los gobiernos alrededor del mundo optaron por la cuarentena como una medida necesaria para contenerla, se observaron varios fenómenos, entre los cuales destaca la reducción de gases de efecto invernadero (GEI). The New York Times publicó un texto concerniente a la disminución de las emisiones nacionales de GEI debido a la cuarentena y cómo eso podría impactar en las consecuencias del cambio climático. Al respecto, se mencionan 3 actividades que representan la mayor parte de las emisiones GEI: viajes en avión, en automóvil y el consumo de productos provenientes de animales. Los investigadores mencionaron que dejar de consumir esas mercancías y servicios representa un ahorro climático (http://let.iiec.unam.mx/node/2770).

No obstante, los brotes de Covid-19 proliferan al mismo tiempo que se vinculan con la crisis climática, según el artículo "Compound climate risks in the COVID-19 pandemic" de la revista Nature. Se observa una intersección entre los riesgos climáticos y la crisis sanitaria mundial. Tifones, ciclones, sequías, incendios, huracanes, inundaciones, olas de calor y el advenimiento de plagas como la de langostas, son algunos de los fenómenos que se manifiestan al tiempo que la pandemia se expande. Los efectos agresivos del cambio climático dificultan la contención de Covid-19 en varias partes del mundo, causando el colapso de los sistemas de salud, en las regiones afectadas por dichos efectos del cambio climático (http://let.iiec.unam.mx/node/2896).

En otro artículo de The New York Times, se identifica que los riesgos climáticos extremos responden a la intensa acumulación de GEI en la atmósfera. Si bien, las emisiones se han reducido a causa de la cuarentena, esta reducción no ha sido suficiente para sacudir la gruesa capa de gases que ya envuelve el planeta. Quienes viven en las regiones en el Este de India y Bangladesh, atestiguan las olas de calor, el aumento del nivel del mar, tormentas y súper ciclones. (http://let.iiec.unam.mx/node/2852).

Por otra parte, la crisis de salubridad debido a la pandemia es otro tópico que ha desenmascarado la fragilidad, la desigualdad y la precariedad social. Los países del Sur global y la clase trabajadora serán los más afectados. En C'est la lutte finale, Mike Davis señala que la pandemia adelantó la recesión inminente que ya había sido considerada por economistas desde 2019 y atacó las estructuras socioeconómicas, así como a los sistemas políticos aún profundamente perturbados por la crisis económica de 2008. (http://let.iiec.unam.mx/node/2851).

Estos procesos tienen cabida en el marco de la crisis-colapso capitalista cuya lógica es la infinita expansión y crecimiento económico. Claramente las notas reseñadas reflejan las contradicciones internas de la circulación y acumulación del capital como flujos del valor del dinero en busca de ganancias a través de la producción, consumo, distribución y reinversión.

Me roban los datos, luego existo

En el contexto de la pandemia, la recopilación de datos ha sido un tópico del que se ha escrito en diferentes medios. The New York Times dedicó un artículo para narrar la experiencia de China después de la cuarentena. Al tiempo que se alienta a los ciudadanos a volver al trabajo a pesar de la pandemia de Covid-19, se ha comenzado a utilizar un sistema en los teléfonos inteligentes que determina si sus usuarios, es decir, los ciudadanos, representan algún supuesto riesgo de contagio. Además, el sistema comparte información con la policía, sentando nuevas formas de control social automatizado que podrían persistir aun después del término de la crisis epidemiológica (http://let.iiec.unam.mx/node/2740).

Por otra parte, Benjamin Netanyahu (Primer ministro de Israel) autorizó el acceso a la agencia de seguridad interna de Israel a una gran cantidad de datos de teléfonos celulares de los ciudadanos que habían sido recolectados en secreto para combatir el terrorismo. La finalidad es seguir el movimiento de las personas que han contraído Covid-19 e identificar a otras que deberían ser puestas en cuarentena. La idea es examinar cuidadosamente los datos de geolocalización recopilados por los proveedores de teléfonos celulares israelíes sobre millones de sus clientes en Israel y Cisjordania, y así, encontrar personas que hayan estado en contacto cercano con portadores del virus y enviarles mensajes de texto para que se aíslen de inmediato (http://let.iiec.unam.mx/node/2743).

La vigilancia, como concepto, no es neutral, siempre se trata de control: las empresas utilizan la vigilancia para disciplinar a los trabajadores, la policía para reforzar el racismo sistémico y perpetuar el encarcelamiento masivo. Una nota de The Guardian ejemplifica lo anterior señalando el caso de AnyVision, una compañía israelí que ha usado el reconocimiento facial para monitorear a palestinos en Cisjordania (http://let.iiec.unam.mx/node/2949).

En Alemania la vigilancia de los ciudadanos y la obtención de datos estuvo sujeta a debate en el parlamento alemán. Jens Spahn, ministro de salud, dijo al periódico Die Zeit que los alemanes observaron cómo un país democrático como Corea del Sur pudo combatir el virus utilizando datos de teléfonos celulares. Spahn propuso hacer lo mismo para Alemania. No obstante, Christof Stein, comisionado federal para la protección de datos, contradijo directamente la opinión del ministro de salud, comentando que el gobierno alemán no debe permitir que el miedo ponga en peligro la protección de datos (http://let.iiec.unam.mx/node/2762).

Los gobiernos asiáticos apuestan fuertemente por la vigilancia digital porque ven en el big data un potencial enorme para enfrentar la pandemia. Así, surge una de las preocupaciones sobre China y la exportación-importación del Estado policial digital como un modelo de éxito contra la pandemia (como en Israel). La infraestructura para la vigilancia digital resulta sumamente eficaz para contener la pandemia, así como para mantener el control y disciplina social.

Competencia hegemónica

Antes de que se desatara la pandemia ya se desarrollaban dos procesos de índole global: 1) el agotamiento de la globalización y del neoliberalismo causado por sus contradicciones; 2) la competencia hegemónica entre Estados Unidos y China. Los medios de comunicación tienen plena conciencia de estos procesos. The New York Times señala que los límites de la globalización habían comenzado a manifestarse antes del golpe propinado por la Covid-19: la tasa de crecimiento del PIB mundial había mostrado una tendencia a la baja desde 2008, mientras que la elección de Donald Trump en Estados Unidos y la guerra comercial con China provocó que muchas empresas transnacionales empezaran a repensar el esquema de sus operaciones.

En este sentido, la globalización y la idea de una economía mundial con Estados Unidos en el centro ha comenzado a desplazarse con el giro nacionalista trumpeano y el auge económico de China. Aunque algunas señales muestran que la crisis ocasionada por la pandemia de Covid-19 está afianzando estos cambios, para algunos analistas tan solo habrá una reevaluación del nivel de dependencia que están dispuestos a aceptar los diferentes países, pero sin que esto signifique el fin de la globalización, pues únicamente afectará a áreas de producción estratégicas y recursos críticos, tal como lo ha hecho la administración Trump (http://let.iiec.unam.mx/node/2796).

En cuanto al orden mundial, The Economist resalta sus preocupaciones por el debilitamiento del liberalismo-multilateralismo: el antagonismo entre Estados Unidos y China se percibe como una amenaza al orden global porque podría crear un estancamiento en los organismos mundiales. Otra amenaza es el retiro estadounidense de las instituciones multilaterales. (http://let.iiec.unam.mx/node/2900). China también ha aumentado su financiamiento en las instituciones existentes como Naciones Unidas: se convirtió en el segundo más grande contribuyente a los presupuestos generales y de mantenimiento de la paz. Además, diplomáticos chinos ahora dirigen cuatro de los 15 organismos especializados de la ONU mientras los diplomáticos estadounidenses lideran solo uno (http://let.iiec.unam.mx/node/2901).

La competencia entre estos dos países no se observa solamente en términos económicos y político-diplomáticos. Los aspectos militares, geopolíticos y geoestratégicos también están presentes. The New York Times narró cómo China invadió territorios de sus vecinos durante la pandemia: la disputa entre soldados chinos e indios en la frontera del Himalaya ocurrió al mismo tiempo que un submarino chino navegó cerca de Japón, lo que provocó rápidos desplazamientos de aviones y barcos para rastrear los movimientos furtivos del submarino. Además, los aviones de combate chinos sobrevolaron el espacio aéreo territorial de Taiwán casi a diario (http://let.iiec.unam.mx/node/2917).

Por su parte, la Marina estadounidense planea financiar proyectos y estrategias que superen las condiciones que la pandemia provoca (el aislamiento o la cuarentena), ya que resulta difícil llevar a cabo los ejercicios y operaciones habituales de entrenamiento y combate conjunto. Según el texto de Tom Dispatch , la preferencia de la Marina estadounidense por los barcos con grandes tripulaciones era una estrategia sin salida (uno de los marineros infectados murió por complicaciones de Covid-19). Dado que la pandemia podría persistir durante mucho tiempo y muchos virólogos creen que más pandemias podrían desatarse, los estrategas estadounidenses están comenzando a diseñar un plan completamente nuevo para la guerra futura. (http://let.iiec.unam.mx/node/2931).

En el contexto de la pandemia global y la crisis del orden mundial liberal, la respuesta internacional ha sido descoordinada. Se esperan los estragos de la crisis económica, las políticas nacionalistas y el cierre de las fronteras estatales. Estos fenómenos se enmarcan en la lógica de la competencia hegemónica entre Estados Unidos y China. No obstante, las consecuencias del cambio climático se perfilan como una crisis aún más devastadora que afectará no sólo a países sino a comunidades y personas en las regiones del mundo más desfavorecidas.